“El albacea como garante del cumplimiento de las disposiciones testamentarias y su incidencia en la herencia yacente, en las sentencias en la Unidad Judicial Civil del cantón Riobamba, en el año 2015.”

Abstract

La ejecución y pleno cumplimiento de la voluntad del testador dentro de las exigencia legales, se encarga naturalmente a los propios herederos, pero puede haber uno de ellos u otra persona que sin ser heredero, reciba la especial misión de velar por la ejecución de lo dispuesto en el testamento y a partir de esta premisa aparece el albaceazgo.

La designación de albacea se inspira en un sentido de confianza que el testador deposita en el designado, por lo que se considera un cargo intuito persona. Sólo quien ha sido designado por el testador puede desempeñar el cargo de albacea testamentario, razón por la que no se admite que el nombrado albacea delegue el encargo a otras personas, como sí ocurre en el mandato común en el que se admite la figura de la sustitución.

Se nombra un albacea para que sea esta persona quien administre y custodie cuyos bienes tengan una condición suspensiva. Como parte de sus funciones el albacea debe custodiar los bienes, es decir tiene que cuidarlo, no puede venderlos a menos que el causante así lo indique en alguna cláusula de su testamento. La obligación de cumplir las disposiciones hechas por el testador, es una obligación genérica, en específico es obligación del albacea: • Velar por la seguridad de los bienes. • Custodiar el dinero bajo llave y sello • Custodiar los muebles y papeles • Velar para que se haga el inventario de los bienes, citando a los herederos y a las demás personas que puedan estar interesadas. Las obligaciones mencionadas anteriormente le corresponden al albacea mientras el inventario solemne de los bienes no se haya realizado, con la procura de que se haga el inventario el albacea cumple con sus funciones de custodia y conservación de los bienes.